Existen muchas maneras de ponerse en presencia de Dios, algunas son muy personales y efectivas, pero en general existen tres cosas para «conectar» con Dios, sabiendo que, aunque no siempre nos hable, está ahí, nos escucha y le encanta nuestra compañía, tanto, que su Gracia y su amor no dejan de derramarse sobre nosotros.
¿Qué hacer para ponerse en presencia de Dios?
El Silencio

Es fundamental para el recogimiento que nos apartemos del «ruido» del mundo como la música estridente o los gritos, pero también de las distracciones de nuestro corazón que nos hacen pensar en cosas del mundo.
Para conectarnos con Dios necesitamos procurar estar solos y centrarnos en hablar con Dios, como cuando quedamos con un amigo para hablar de algo muy importante.
Oración preparatoria

Necesitamos iniciar con una breve oración para centrarnos, para decir verbalmente que sabemos lo que hacemos y con quién vamos a estar, decirle algo como Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes; te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.
Abrir el corazón

Cuando dialogamos con Dios, debemos hacerlo sin prisa, estar muy consientes de cada palabra que pronunciamos. No debemos orar por obligación, sino por nuestra propia voluntad, porque queremos conocer y tratar a Jesús para amarle cada día más.
Para abrir nuestro corazón y dejar que Dios nos hable, necesitamos tener paz, y lo más importante: desearlo de todo corazón.
Y, después de entrar en la presencia de Dios, la oración de cada día es diferente y única. Unos días hablamos de nuestras preocupaciones, otros días sólo guardamos silencio; otros, cuando andamos distraídos o más cansados, tomamos el Evangelio, un libro devocional y dejo que nos hable a través de ellos.
No siempre necesitamos un tiempo especial para orar. Por eso, es bueno hacer una breve oración cuando vamos a trabajar, mientras cocinamos, incluso planchando o recogiendo la cocina.

Para Dios lo importante es la disposición: que queramos estar con Él.