Estas palabras escritas hace siglos resuenan hoy con una fuerza renovada. Isaías 60 no es sólo un mensaje al pueblo de Israel en tiempos antiguos; es una voz viva que llama a cada joven a despertar, a creer, a levantarse.
En medio de las dificultades que enfrentamos como sociedad —la inseguridad, la falta de oportunidades, la desigualdad— muchos jóvenes sienten que su luz ha sido opacada. La desesperanza se cuela en los sueños, y el futuro a veces parece incierto. Pero Isaías nos recuerda algo profundo: la oscuridad no es el final. La luz ya está aquí. La gloria de Dios brilla sobre ti.
Tú eres luz
Esta profecía no habla de una luz cualquiera. Es una luz que nace del interior, que tiene su origen en el amor de Dios, en el propósito que Él ha puesto en cada corazón. En un mundo que muchas veces quiere etiquetarte, limitarte o definirte por tus errores o carencias, Isaías te dice: Tú eres luz. No por lo que el mundo dice de ti, sino por lo que Dios ve en ti.
Un nuevo amanecer para tu generación
Isaías habla de naciones caminando hacia la luz, de hijos e hijas que regresan, de corazones que se llenan de gozo. Esta visión de esperanza no es utopía: es una promesa. Y tú puedes ser parte de ese nuevo amanecer. Tu voz, tus talentos, tus ideas, tu fe… todo eso puede transformar realidades. Este país necesita jóvenes que se atrevan a resplandecer, a ser honestos en medio de la corrupción, creativos en medio del conformismo, solidarios en medio del egoísmo.
Levántate, aunque tengas miedo
“Levántate” no significa que no haya miedo o cansancio. Significa que, a pesar de eso, decides dar un paso. Significa confiar en que no estás solo. Dios no espera perfección de ti; espera disposición. Y Él promete estar contigo. Promete que, aunque la oscuridad cubra la tierra, su luz brillará sobre ti.
¿Qué pasaría si lo creyeras?
¿Qué pasaría si creyeras que tu vida tiene un propósito más grande de lo que ves hoy? ¿Si vivieras con la certeza de que eres parte de una historia más grande, donde tu luz puede encender la de otros? Nuestra sociedad necesita jóvenes que se atrevan a creer. Que en lugar de apagar su brillo para encajar, decidan iluminar para transformar.
Isaías 60, 1-9 es un grito de esperanza. Es una sacudida espiritual que te invita a levantarte. No porque todo esté bien, sino porque tú puedes hacer que algo mejore. Dios cree en ti. Y este país también te necesita.