Por Redacción Eco Cristiano
En entrevista exclusiva concedida a Diario Cristiano Internacional y The Christian Post durante el Congreso Europeo de Evangelismo celebrado en Berlín, Franklin Graham —evangelista y presidente de la Asociación Evangelística Billy Graham— lanzó un mensaje claro y desafiante para las iglesias: “Aprovechemos el momento” para alcanzar a los migrantes con el Evangelio.
Desde su perspectiva, el fenómeno migratorio que atraviesa Europa es más que una crisis humanitaria o política: es una ventana espiritual de oportunidad, una especie de “puente misionero inesperado”. Según Graham, muchos migrantes provienen de países donde evangelizar es extremadamente difícil o incluso peligroso. Pero al llegar a Europa, se encuentran en una tierra donde la libertad religiosa aún permite el anuncio del Evangelio sin restricciones.
“En lugar de que nosotros vayamos a ellos, Dios los ha traído a nosotros”, afirmó Graham, destacando la urgencia de predicar a quienes quizás pronto regresen a sus países de origen, llevando consigo una semilla de fe.
Lecciones para América Latina
Aunque el enfoque del congreso fue Europa, el mensaje de Graham interpela directamente a las iglesias evangélicas en México y América Latina. También en nuestras regiones, miles de migrantes cruzan fronteras por necesidad, violencia o pobreza. El flujo migratorio hacia Estados Unidos, por ejemplo, convierte ciudades y albergues en puntos de contacto providenciales donde se pueden sembrar las buenas nuevas.
¿Estamos las iglesias latinoamericanas listas para ver en los migrantes un campo de misión, y no sólo una carga social?
La visión de Graham nos invita a pasar de la compasión pasiva a una acción evangelizadora intencional. A no dejar que el miedo, la indiferencia o la burocracia paralicen el mandato de Cristo.
Política y Evangelio: una respuesta sobria
Durante la entrevista, Graham también abordó el controvertido tema del “nacionalismo cristiano”, término que considera utilizado para desacreditar a cristianos con posturas conservadoras. Si bien mostró cautela con las etiquetas políticas, reafirmó la importancia de que los cristianos participen activamente en la vida pública y política, sin avergonzarse de sus valores.
“No necesitamos menos cristianos en la política. Necesitamos más —dijo Graham—, dispuestos a vivir según valores cristianos”.
Este enfoque, aunque discutible en algunos círculos, plantea un llamado legítimo: ser luz también en los espacios de poder, sin diluir el Evangelio ni instrumentalizarlo.
Un legado que continúa
Graham, de más de 70 años, reflexionó también sobre el futuro de la Asociación Evangelística Billy Graham y de Samaritan’s Purse, ambas bajo su liderazgo. Aseguró que la misión no depende de una sola persona, y que su legado —y el de su padre, Billy Graham— continuará en la siguiente generación con un mensaje claro: predicar la cruz y la sangre de Cristo, donde está el verdadero poder de Dios.
Una exhortación para nuestras iglesias
Franklin Graham no habló desde la teoría. Habló desde el compromiso. Y su llamado resuena fuerte para los evangélicos de habla hispana:
no dejemos pasar el momento. Los migrantes no son sólo víctimas o estadísticas. Son almas sedientas de esperanza. Y nosotros, como Iglesia, no podemos mirar a otro lado.
Fuente: Diario Cristiano Internacional / The Christian Post