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El camino del seguimiento a Jesús 

Un joven se acercó a Jesús con una pregunta directa: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18). Jesús le recordó los mandamientos, y él respondió que los había cumplido desde su juventud. Entonces vino el desafío radical: “Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, repártelo entre los pobres y tendrás tesoro en el cielo; luego ven y sígueme” (v. 22).

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El joven se entristeció, porque era muy rico. Los discípulos quedaron impactados y preguntaron: “¿Quién, pues, podrá salvarse?” (v. 26). La respuesta de Jesús fue clara: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” (v. 27).

Este pasaje muestra la radicalidad del seguimiento de Jesús. No se trata solo de cumplir normas, sino de un corazón totalmente entregado. Jesús exige dejar atrás lo que ata el alma para poder caminar en libertad hacia el Reino.

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Ahora bien, ¿cómo entender esta exigencia junto a lo que Pablo predicaba? Pablo afirmaba con fuerza que no somos salvos por las obras de la ley, sino por la gracia de Cristo. Pero esa gracia no elimina las palabras de Jesús, más bien las hace posibles. 

El joven rico no pudo cumplir por sí mismo, y allí aparece el sentido de la gracia: lo que es imposible para nosotros, Dios lo realiza en nosotros por medio de su Espíritu. Por eso ante la desesperanza de los discípulos (“¿Quién, pues, podrá salvarse?”), Jesús da la respuesta (“Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”)

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Así, el seguimiento radical que Jesús pide se entiende a la luz de lo que Pablo enseña: no son nuestras fuerzas las que logran la salvación, sino la obra de Cristo en la cruz. Pero esa obra no nos deja inmóviles: nos impulsa a vivir desprendidos, generosos, dispuestos a amar en serio.

El camino del seguimiento no es fácil, pero es real. Cuando vivimos en la gracia, nos descubrimos capaces de hacer lo que parece imposible que hiciéramos, de soltar lo que antes nos ataba y de seguir a Cristo con alegría. Ese es el milagro de la fe: lo que parecía imposible, Dios lo hace posible.

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