Dios es fiel pero también necesita tu fidelidad, escribió A. Alducin

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Armando Alducin analiza la necesidad que tiene Dios de nuestra fidelidad para realizar su obra. Así como Dios necesitó a Moisés para sacar a su pueblo del cautiverio, Dios nos necesita para hacer prodigios entre la gente. En seguida el artículo íntegro del Dr. Armando Alducin.

VERDADERA FIDELIDAD

Por Armando Alducin

Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará (Deuteronomio 31:6)

Con frecuencia alabamos a Dios por Su fidelidad. Estamos agradecidos de que siempre podemos contar con que Él esté a nuestro favor. Pero rara vez consideramos el hecho de que Él necesita también que seamos fieles.

Sí, Él te necesita. Desde la época de la Creación, cuando le dio al hombre dominio sobre la Tierra, Él ha necesitado gente que trabaje con Él para que Su voluntad se cumpla aquí en la Tierra. Y en la Biblia podemos encontrar un ejemplo de esto. Cuando los hijos de Israel estaban en cautiverio en Egipto y Él quería sacarlos, buscó a un hombre, Moisés, para que hiciera el trabajo. La responsabilidad de Moisés fue extender la mano y exigir que la voluntad de Dios se hiciera en la Tierra.

¿Por qué escogió a Moisés? Porque necesitaba a alguien que fuera fiel y se atreviera a actuar conforme a Su Palabra. Necesitaba a alguien con quien pudiera contar, y Él sabía que Moisés era esa clase de hombre. En el Salmo 103:7 leemos: “Dio a conocer sus caminos a Moisés; los hijos de Israel vieron sus obras”. Si Moisés no hubiera sido fiel en conocer los caminos de Dios, el pueblo de Israel jamás habría visto las obras de Dios.

Dios te necesita, así como necesitó de Moisés. Él necesita que seas un administrador que extiende su mano como Moisés lo hizo, para que Él pueda hacer señales y prodigios entre la gente.

¿Serás fiel? Es una decisión que sólo tú puedes tomar, nadie más podrá decidir por ti. Ahora mismo, comprométete a ser un siervo fiel y prudente. Di en tu corazón y con tu boca: “¡Dios, puedes contar conmigo!”.

Señor, dame sabiduría para glorificarte a través de mis acciones, obediencia para seguir tu voluntad y fidelidad para poder ser, instrumento de tus grandes obras, y testimonio del amor que derramas, sobre todos aquellos que te siguen. ¡Amén!

Fuente: Armando Alducin en sus red social Faceboock.

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