En tiempos de contingencia como el que estamos viviendo, la crisis financiera no es propia de las grandes empresas sino que ataca también a los pequeños y medianos comerciantes, a los que desempeñan oficios, a los ambulantes y a los empleados que han sido suspendidos de sus labores sin goce de sueldo.
Tantos días sin recibir ingresos dejan saldos muy complicados en las familias que prácticamente viven al día, pues deben seguir consumiendo alimentos, agua, luz y gas. También se deben seguir pagando los créditos bancarios y las compras hechas a plazos.
La crisis afecta también a los pastores
Esta misma situación la viven los pastores de iglesias chicas y medianas que dependen de diezmos y ofrendas para sostener a sus familias y además cubrir los gastos de las iglesias. Con los templos cerrados y la congregación encerrada en sus casas, muchos pastores pasan verdaderos apuros para resolver su día a día.
En ese contexto, el Pastor Daniel Najar, director de La Fundación Liderazgo Emergente, compartió a través de sus redes sociales una reflexión dirigida tanto a pastores como a la congregación.
Hay fundamentos bíblicos para hablar del pastor que se autosostiene y hay fundamentos bíblicos para hablar del pastor que es sostenido por la iglesia. Sin embargo como sucede en muchos debates de interpretación bíblica, hay la tendencia a colocarse en los polos sin abrir espacio a una posición intermedia. osición ideal es intyermedia
La posición ideal es intermedia
Una posición intermedia o bivocacional es aquella en que el pastor permite que la iglesia haga aportación económica a sus finanzas, pero a la vez cuenta con ingresos fuera de la iglesia, ya sea trabajando como empleado, con un negocio o dando conferencias.
En tiempos de contingencia los pastores que dependen financieramente de las aportaciones de la iglesia han visto reducidos sus ingresos desde un 20% hasta un 100% debido a una educación deficiente que hace que la congregación no esté acostumbrada a diezmar y ofrendar independientemente de que asistan o no a las reuniones.
Reducción de ingresos pero no de gastos
Con esa reducción de ingresos los pastores que dependen total o parcialmente de la iglesia deben resolver no sólo el problema de la manutención de sus familias sino incluso los pagos generales de la iglesia como arrendamiento, hipotecas, pagos de equipos adquiridos con antelación, entre otros.
¿Cuál es la solución al planteamiento de si el pastor debe depender de la iglesia o debe autosustentarse y no depender de la iglesia para vivir? Hay movimientos cristianos que clara y abiertamente no permiten que sus pastores trabajen en otra cosa que no sea la iglesia, lo que ha dado lugar al concepto de “pastores de tiempo completo”, pero de la misma manera hay pastores que tienen prohibido recibir diezmos y ofrendas de la iglesia.
Un modelo ideal es aquel que introduce balance entre ambos elementos, un modelo que enseña a la iglesia a ser responsable de sus pastores, pero al mismo tiempo el pastor tiene el corazón de Pablo de no aprovecharse de eso y busca ingresos fuera de la iglesia.
Polos opuestos
En la historia de la iglesia hay dos polos que el diablo ha aprovechado para dividirla: por un lado está la antigua doctrina del ascetismo que busca dignificar la pobreza y le atribuye un valor espiritual al afirmar que una persona espiritual es una persona pobre.
En el otro extremo está una doctrina más contemporánea, hoy de moda, que es la teología de la prosperidad que atribuye un valor a la prosperidad económica y asume que una persona con más recursos es una persona espiritual. Esta doctrina deduce que una persona con más bienes es una persona bendecida, sin siquiera poner en entredicho el origen de las propiedades.
Sin embargo, la Biblia no atribuye un valor moral ni espiritual a tener no tener recursos financieros. La Biblia ni dignifica la pobreza ni dignifica la riqueza en el sentido de valor espiritual, de aquí que es urgente una correcta teología sobre las finanzas del Reino.
Entonces tenemos pastores que son descuidados por su iglesia por haber predicado indirectamente la doctrina del ascetismo, y por otro lado tenemos pastores que abusan y sangran a la iglesia porque enseñan y se aprovechan de la teología de la prosperidad.
Cultura bivocacional
Esto hace indispensable encontrar un punto medio que es la cultura bivocacional que apela a que la Biblia dice que la iglesia es responsable del sostenimiento de sus pastores, pero al mismo tiempo apelamos a que el pastor tenga responsabilidad y trabaje para que no se aproveche de lo que la iglesia le da sino que se esfuerce por sus propios medios.
Sin embargo, ya sea que total o parcialmente la iglesia se haga cargo de las finanzas del pastor, es muy importante que éste implemente una serie de reglas y protocolos para evitar mal uso del dinero que la iglesia aporta, pues hay pastores que no tienen orden en sus finanzas y ese desorden lo llevan a la iglesia.
Reglas y protocolos para finanzas sanas en la iglesia
Algunas reglas que se sugieren para un buen manejo de las finanzas de la iglesia son:
- El pastor no toca el dinero de la iglesia sino que las finanzas se manejan a través de encargados que rindan informes y sean supervisados periódicamente.
- Las finanzas de la iglesia no están a cargo de una sola persona sino que son hasta tres los que se encargan de esa tarea y realizan informes cruzados.
- Varias cuentas de banco con propósitos específicos para cada una.
Todas estas sugerencias quizá ya no sean útiles para esta ocasión pero sí nos ayudarán a prevenir situaciones futuras.
Hoy por hoy, la iglesia tiene una responsabilidad: apoyar a sus pastores, ayudarlos a salir adelante en esta crisis. ¿Qué debes hacer? Llama a tu pastor, comunícate con él, pregúntale en qué le puedes ayudar, pregunta cómo se encuentra, muéstrale tu solidaridad.
