Siempre cuidadoso de la diversidad de género y del pensamiento ideológico, el gobierno de la Ciudad de México olvidó la diversidad religiosa al emitir los lineamientos de seguridad en el proceso de reapertura de los espacios en donde se practican actividades espirituales.
Este hecho que parece irrelevante para efectos del propósito del documento que es preservar la salud, sí da cuenta de la mentalidad tradicionalista en materia de fe y de la ignorancia del número creciente de cristianos evangélicos y de templos o iglesias cristianas tanto en la Ciudad de México como en el resto del país.
En su Guía para Prevenir el Contagio de Covid-19, en su apartado “En servicios religiosos”, el gobierno de la Ciudad de México utiliza un lenguaje que da a entender que sólo pensó en la iglesia católica y no en las distintas denominaciones de iglesias cristianas no católicas.
La guía sanitaria para servicios religiosos menciona momentos litúrgicos propios de la fe católica como el “signo de la paz” y la “confesión”; se refiere al inmobiliario propio de las iglesias católicas como las pilas de agua bendita, las figuras e imágenes, el confesionario y las bancas, aunque estas últimas sí son utilizadas por algunas denominaciones cristianas; además se refiere al ministro del culto como “sacerdote” que es propio principalmente de la fe católica.
En este documento el gobierno capitalino excluye los momentos de riesgo que existe en las iglesias cristianas como el momento de la ofrenda que en algunas iglesias cristianas implica filas, el momento del llamado en que el predicador convoca a los asistentes acercarse al altar para ser ministrados, el momento de la oración en que el pastor se acerca a las personas para orar por ellas a una distancia mínima, entre otros momentos de riesgo que se practican en las iglesias cristianas.
Por otro lado, mientras el documento menciona al ministro de culto como «sacerdote» no hace mención de los ministros en las iglesias cristianas a los que denominamos como pastor o pastora.
No obstante sí existen algunos lineamientos generales que aplican a todas las iglesias de todas las confesiones, tales como:
- Las ceremonias deben tener una duración de una hora.
- Ventilar y limpiar recintos entre una ceremonia y la siguiente.
- Colocar señalética indicando el aforo permitido, el lugar que se ha de ocupar, en sentido de los pasillos, colocar gel-alcohol al 70%.
- Recomendar que no asistan personas vulnerables.
- Colocar botes de basura con tapa para el uso exclusivo de desechos.
Por otro lado, el documento incluye recomendaciones para los feligreses:
- Mantener una distancia de 1.5 metros de las demás personas.
- Usar cubrebocas y/o careta.
- Ocupar sólo los lugares permitidos.
- No cantar.
- Depositar la ofrenda en la alcancía recipiente destinado para ello.
- No asistir con niños, si se está embarazada o si se tiene una enfermedad crónica.
- Respetar ala señalética y las indicaciones que den al inicio de la ceremonia.