Luego de la terrible explosión ocurrida en el puerto de Beirut que hasta el momento ha provocado más de cien muertos y más de 4 mil heridos, no se hicieron esperar las reacciones internacionales.
La explosión ocurrió en el contexto de tensiones entre Israel y el grupo militar libanés Hezbolá, que significa “Partido de Alá” y que es una organización islámica con brazos políticos y militares, sin embargo, un funcionario del gobierno israelí se ha deslindado ya de los hechos, argumentando que su país nada ha tenido que ver con la trágica explosión.
La embajada de México en Líbano ha reportado que hasta el momento no hay registro de mexicanos lesionados en la explosión, mientras algunos miembros de las fuerza de paz de Naciones Unidas en el Líbano resultaron gravemente heridas en los hechos.
Por su parte Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha declarado que recibió informes que parecen indicar que la explosión pudo ser intencional.
Decenas de lesionados cubiertos de sangre caminaban por las calles descontrolados, vehículos abandonados, hospitales atiborrados, muertos en las calles, miles de edificios destruidos, fueron los resultados parciales de la explosión de más de 2,700 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut.
El nitrato de amonio es un fertilizante químico que también es utilizado como componente de explosivos, y según datos oficiales reportados hasta el momento, 2,700 toneladas de este producto estaban almacenados irresponsablemente durante más 6 años en el puerto sin medidas preventivas.
La explosión fue de tal magnitud que se sintió a más de 240 kilómetros de distancia y según el gobernador de Beirut la escena de la explosión fue similar a las de la explosiones en Hiroshima y Nagasaki.
El gobierno libanés ha solicitado a todos los hospitales del país que reciban a los heridos que acudan a ellos y que los gastos correrán por cuenta del gobierno.