Jason Jiménez, presidente de Stand Strong Ministries, escribió recientemente un interesante artículo en The Christian Post, en el que describe las causas por las que, según afirma, los cristianos cada vez distinguen menos entre el bien y el mal y cada vez creen menos en la verdad absoluta de la Palabra de Dios.
Esta situación, dijo Jiménez, se ha convertido en algo común entre los que se identifican como cristianos, especialmente entre los millennials y la Generación Z, es decir, entre los que hoy tienen entre 15 y 45 años de edad. Aceptan a Dios como fuente de la verdad, pero rechazan cualquier estándar absoluto de moralidad en la cultura.
Jiménez expone tres áreas de la iglesia que están en “declive moral debido a la erosión de la verdad de Dios” y presenta el camino bíblico para combatir cada una de ellas:
A) El debilitamiento de la teología en la iglesia. Ha aumentado la secularización y el progresismo en la iglesia y por ello hay muchos predicadores que desconocen a la Biblia como Palabra de Dios. Jimenez recordó a un pastor progresista que en las últimas semanas, dijo a su congregación que «La Biblia no es la Palabra de Dios, sino una respuesta humana a Dios, viva y dinámica».
Para combatir esta teología débil, Jiménez afirma qué hay que permanecer cimentado en la Biblia (2 Tim. 3: 16-17) como la infalible Palabra de Dios (2 Tim. 3: 16-17), y así combatir las enseñanzas falsas que son contrarias a la Biblia. “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo» (Col. 2: 8). Por lo tanto, enseñe la Biblia con más frecuencia a los demás, escribió Jiménez.
B) El engrandecimiento de uno mismo en la iglesia. Esto sucede cuando creemos que debemos estar satisfechos en lugar de glorificar a Dios en nuestra adoración, ponemos a Dios debajo de nosotros como si hubiera sido creado para nosotros.
Para aplastar la idolatría en la iglesia, Jiménez propone tres vías:
- Humíllate ante Dios. Santiago 4: 7, «Someteos, pues, a Dios», lo que significa rendirse a la voluntad de Dios.
- Sirve a los demás por encima de ti. Filipenses 2: 3 dice: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;».
- Use sus dones espirituales para edificar la iglesia. Romanos 12: 5-6, «Así que, aunque somos muchos, somos un cuerpo en Cristo, e individualmente miembros unos de otros. Teniendo dones que difieren según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos».
C) La noción de que el pecado es subjetivo. Hay un número creciente de cristianos que justifican el pecado en sus propias vidas, así como en la vida de los demás. Incluso los pastores están cediendo a las presiones de la cultura y elaborando sermones elocuentes que justifican pecados morales como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y el transgénero.
Para combatir tal pecado asegúrese de vivir una vida digna del Evangelio (Efesios 4: 1-2). Segundo, mencione el pecado como lo hizo Pablo en Gálatas 5: 19-21 y no se limite a decirle a la gente que renuncie a su pecado, sino que se arrepienta de él. El amado apóstol Juan escribió: «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad».
Jiménez concluye diciendo “Es hora, querido cristiano, de defender la verdad de la Palabra de Dios sin concesiones y permitir que el Espíritu Santo le dé el poder para traer la restauración al cuerpo de Cristo.