El pastor Elías Betanzos (1) compartió una conferencia virtual para el Seminario Nazareno de las Américas en la que analizó las experiencias adquiridas en este periodo de contingencia sanitaria que provocó el cierre de todos los templos
Entre otros temas, el Pr. Betanzos analizó los aprendizajes que a la iglesia le deja esta pandemia. En una actitud de absoluta honestidad, el pastor hace el análisis desde su propia experiencia. Aquí un resumen de esa parte de su conferencia
1. Para que la iglesia no sea vulnerable, debemos prepararnos tecnológicamente.
La primera experiencia, dice el pastor, es que la crisis de la pandemia nos tomó por sorpresa, pues no estábamos preparados en equipos y capacitación tecnológica para ministrar virtualmente y mantener a la iglesia unida. Hoy sabemos que hay iglesias que han sufrido desmembramientos y que algunas iglesias no van a volver.
Nosotros no estábamos preparados y todo lo aprendimos sobre la marcha, no me refiero sólo a transmitir por redes sociales, pues ya lo habíamos hecho desde el auditorio con la iglesia presente, sino que debemos aprender a usar la tecnología para, integralmente, hacer iglesia a través de los medios virtuales.
La gran lección es que tenemos que estar atentos a lo que viene, sobre todo en los avances tecnológicos porque en adelante el uso de las tecnologías será imprescindible para desarrollar el ministerio.
2. Debemos desarrollar una iglesia firme en la fe para que no decaiga cuando aparezcan tribulaciones.
La segunda experiencia es que la pandemia nos abrió los ojos sobre el tipo de iglesia que estábamos construyendo. Hubo un tiempo en que predicamos que había que alcanzar el éxito y la bendición económica, que siempre te irá bien y en abundancia, pero no hablábamos mucho de que en el mundo tendremos aflicciones y aún así debemos seguir confiando en Dios, así que cuando llegó la crisis mucha gente entró en pánico y le reclamaron a Dios porque se suponía que nos iba a ir bien, que no íbamos a enfermar ni perder el trabajo.
Aquí la lección es que en adelante debemos desarrollar una iglesia discipular, formar discípulos a semejanza de Cristo para que cuando se desborden los ríos, o vengan los terremotos o pandemias, la iglesia esté cimentada en un fundamento firme en la Palabra.
3. Debemos abandonar el ego y reconocer que sólo para Dios es la gloria.
Y la tercera gran experiencia es que la pandemia me hizo revisar la manera como estaba llevando el ministerio: había cosas que estaba haciendo bien y eran correctas, pero la intención no era la correcta, pues Dios ha hecho crecer la iglesia, levantó un tremendo ministerio, pero de momento me ganó el ego y pensé que había sido yo quien lo había logrado.
En estos tiempos de crisis Dios está probando nuestro llamado, está probando nuestro corazón. Dios está probando las intenciones con que hacemos las cosas. Entonces me di cuenta que de momento estaba haciendo cosas más por ego que por la gloria de Dios.
En esta temporada de crisis me di cuenta de que todo lo que hagamos, un evento, una transmisión, levantar una iglesia, todo lo que hagamos, debemos hacerlo verdaderamente para la gloria de Dios. A veces queremos compartir esa gloria, queremos darle gloria a Dios y al mismo tiempo recibir un poco de gloria.
La lección es que hablamos mucho de sana doctrina pero nos cuesta vivir esa sana doctrina, hablamos mucho de santidad, y yo mismo compartí y prediqué mucho de santidad, pero lo que a Dios le interesa sobre todo es que vivamos la santidad, que practiquemos la santidad que predicamos.
(1) El pastor Elías Betanzos es el pastor principal de la iglesia Nazareno Centro de Adoración y Proclamación de Oaxaca, México (CAP), una de las iglesias con mayor membresía de toda la región de mesoamérica, además de ser uno de los pastores más influyentes en México.
