En un mundo lleno de incertidumbre, caos y sufrimiento, muchos se preguntan: ¿Dónde está Dios? ¿Está realmente en control de todo lo que sucede? La Palabra de Dios nos da una respuesta clara y reconfortante: Dios gobierna todas las cosas y Su propósito eterno jamás será frustrado.
Desde la eternidad, el Señor ha establecido su plan perfecto. Todo lo que sucede en el universo—desde el movimiento de los astros hasta el más pequeño detalle de nuestra vida—ocurre bajo su soberana voluntad. Como cristianos, nuestra confianza debe estar firmemente anclada en esta verdad: Dios es soberano y su propósito es inmutable.
Dios es el Soberano Absoluto
La Biblia proclama con claridad que Dios es el Supremo Gobernante del cielo y de la tierra. Nada sucede fuera de su voluntad y nada escapa a su control. Él es el Creador de todas las cosas y el Sustentador del universo.
- “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.” (Salmo 103:19)
• “Porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí; que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” (Isaías 46:9-10)
Estas palabras nos recuerdan que Dios no es un espectador pasivo en la historia. Él es el Rey de reyes, el Señor de señores, el Gobernador supremo que ejecuta su voluntad con precisión y poder.
El Propósito Eterno de Dios
Desde antes de la fundación del mundo, Dios diseñó un plan perfecto y eterno. Todo lo que acontece en la historia de la humanidad está alineado con su propósito divino. Aunque a veces no entendamos el “cómo” o el “por qué” de ciertas circunstancias, podemos estar seguros de que Dios tiene un propósito más alto que trasciende nuestra comprensión humana.
- “Todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28)
- “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” (Salmo 33:11)
La obra redentora de Cristo en la cruz es la mayor evidencia de que Dios tiene un propósito eterno: reconciliar a la humanidad consigo mismo y establecer su reino de justicia. Su plan nunca falla. Aunque el enemigo intente destruir, Dios siempre tiene la última palabra.
Dios Gobierna Sobre el Bien y el Mal
Muchos se preguntan: Si Dios gobierna todo, ¿por qué permite el mal? La respuesta es profunda, pero la Escritura nos muestra que Dios incluso usa las adversidades para cumplir Su propósito. Nada escapa de Su control.
Ejemplos bíblicos como la historia de José nos enseñan que, aunque el mal parezca triunfar temporalmente, Dios lo usa para bien:
• “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien.” (Génesis 50:20)
Aun la crucifixión de Jesús fue parte del plan soberano de Dios para traer salvación al mundo:
• “Este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole.” (Hechos 2:23)
Dios no es el autor del mal, pero en su soberanía permite que ocurra con el propósito de manifestar su gloria y cumplir su plan eterno.
Nuestra Respuesta Ante el Gobierno de Dios
Saber que Dios gobierna todas las cosas debe producir en nosotros:
1. Confianza absoluta: No importa lo que veamos con nuestros ojos, Dios sigue en Su trono.
2. Paz en la tormenta: Aun en medio del dolor y la aflicción, podemos descansar en Su soberanía.
3. Sumisión a su voluntad: En lugar de luchar contra los designios de Dios, debemos rendirnos a su plan perfecto.
4. Esperanza en la eternidad: Su propósito no sólo abarca esta vida, sino que nos conduce a la gloria eterna con Él.
El apóstol Pablo lo expresó de manera sublime:
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:38-39)
Dios gobierna sobre todas las cosas. No hay nada fuera de su control, y su propósito eterno se cumplirá. Aunque no entendamos todo lo que sucede a nuestro alrededor, podemos estar seguros de que Dios está orquestando cada detalle para su gloria y nuestro bien.
Así que, hermanos en la fe, descansemos en la soberanía de nuestro Dios. Él es fiel, su consejo es eterno, y su voluntad es perfecta. Que nuestro corazón repose en la certeza de que nuestro Dios reina y su propósito jamás será frustrado.
¡A Él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.
