Sumamente contradictorio es que el presidente Donald Trump quien se ha destacado por prohibir la práctica del aborto, lo cual siempre ha sido muy apreciado y elogiado por los cristianos, realice prácticas de marginación y exclusión migratoria.
Seis migrantes enfermos por Covid fueron deportados de Estados Unidos a su país de origen, Guatemala. El hecho ocurrió el 9 de junio pasado y fue denunciado por el diario estadounidense The New York Times en su sección de opinión.
Con esta deportación ya van 190 migrantes guatemaltecos que han sido enviados desde Estados Unidos contagiados, 186 habían dado positivo al virus a pesar de que Guatemala exigió a Estados Unidos que antes de enviar a los migrantes se les practique una prueba y se les extienda un certificado médico donde conste que son negativos al virus.
Ya antes de la pandemia, el presidente defensor de la vida de los bebés en gestación, con el propósito de mostrar su intolerancia a la migración ilegal de centroamericanos, no mostró compasión por las familias migrantes e incluso llegó a separarlas para inhibir la entrada ilegal a su país.
Ahora, en plena pandemia, la administración del presidente Trump ha estado deportando masivamente a centroamericanos contagiados por coronavirus, principalmente guatemaltecos.
Al respecto The New York Times escribió: «En esta pandemia, las deportaciones masivas no solo son crueles sino también peligrosas para la salud pública en el extranjero y en el hogar”.
«Peligroso porque sembrar y avivar la pandemia en cualquier país, y mucho menos aquellos que sufren de corrupción y pobreza, solo prolongará la crisis de salud y empeorará las condiciones que llevaron a la migración masiva de El Salvador, Guatemala, Colombia, Honduras, Haití y México», se escribió en el diario estadounidense.