La familia es una de las mas bellas realidades humanas, por propia voluntad elegimos la vida matrimonial con sus satisfacciones, obligaciones y sus sacrificios. Bien vale la pena prepararse y esforzarse  para hacer de nuestro hogar la mejor empresa de acuerdo al plan que Dios estableció para ella con amor y para el amor, formando a nuestros hijos integralmente. Formar personas es una tarea de 24 horas diarias, sin tener días libres, sin recibir paga económica y, a veces, sin reconocimiento.

Hay 2 jefes, papá y mamá, quienes en armonía, tienen que trabajar juntos y de acuerdo a esta gran misión, a pesar de los distintos puntos de vista. Es la familia la que forma y proyecta socialmente a seres humanos como verdaderas personas. Es la familia la sociedad mas importante y trascendente de la vida del ser humano, y es en el seno de ellas en donde se aprenden actitudes y comportamientos basados en los valores pero, principalmente, en el testimonio de vida de los padres. Si formamos a nuestros hijos con valores, formaremos ciudadanos de calidad y familias de excelencia pero, sobre todo de mucho amor.

Los principales valores que se deben vivir en la familia son el amor, la paz, la alegría, el respeto y la honestidad. Es necesario que los hijos aprendan desde los primeros años a conocer, a sentir, a adorar a Dios y a amar al prójimo. Educar es un proceso, es algo que hay que hacer salir del interior de los hijos y así generarán su propia riqueza. Debemos estar siempre atentos a su comportamiento y tiempos libres  para poder guiar.
Orientemos pues a nuestros hijos a vivir en los valores y en las virtudes, no hay nada comparable en el mundo con la grandeza de ser padres, es por ello que la familia no solo es la primera escuela sino la mejor escuela. Pongamos pues todo nuestro amor, la paciencia y tolerancia para lograrlo.