El Doctor Andrés Bucksot, en entrevista con Eco Cristiano Digital, afirmó que la iglesia no está llamada a formar líderes para la iglesia, sino a formar líderes para la sociedad, pues influir en la sociedad es algo intrínseco del ser cristiano, de tal manera que involucrarse en la vida de las personas en todos los niveles de la sociedad como lo hacía Jesucristo, es la única vía para cambiar al mundo.

El Doctor Andrés Bucksot, es el director del ministerio Máximo Potencial para América Latina y el Caribe, líder del liderazgo de excelencia, dedicado a capacitar líderes en cualquier ciudad donde hay gente que quiere mejorar su capacidad como líder.

Máximo Potencial capacita líderes al más alto nivel posible para ser la gente que cambia la ciudad y la nación en donde viven. El propósito de Máximo Potencial es ayudar a los líderes a descubrir y desarrollar el máximo potencial en Cristo Jesús en el mundo en que vivimos.

En seguida la entrevista realizada al Doctor Andrés Bucksot en el marco de su conferencia ¡Hay caramba! ¿Soy líder?, en donde ECD es Eco Cristiano Digital y DAB es el Doctor Andrés Bucksot.


ECD. ¿Cuál es el propósito del liderazgo?

DAB. En su definición más simple es influir en la gente para mejorar la calidad de sus vidas.

Mientras estemos enfocados en nosotros, el mundo no nos toma en cuenta.

ECD. ¿A qué se debe que el liderazgo sólo se ha manifestado hacia adentro de la Iglesia pero no ha impactado a la sociedad?

DAB. Cuando siembro algo por mí mismo, yo soy el límite de mi cosecha, pero la iglesia no está diseñada para formar líderes para la iglesia, la iglesia está diseñada para formar líderes para la sociedad. Mientras estemos enfocados en nosotros, el mundo no nos toma en cuenta, pero cuando comenzamos a salir y nos convertimos en los pescadores que hacemos discípulos de Jesús, es cuando vamos a influir en la sociedad, porque nuestro llamado es para ir y hacer discípulos, y no para pedir que los peces limpios brinquen a nuestra barca.

Necesitamos el impulso de un visionario que nos enseñe que la cosecha está lista y que mandemos obreros a la cosecha. Te aseguro que la gente quiere a Cristo pero aún no lo conoce, así que cuando comenzamos a ver que la consecha está lista con la misma pasión de Jesús de involucrarnos en la vida de las personas, que estamos dispuestos a servir y a amar a los demás, ellos se comenzarán a dar cuenta de nuestra buena intención de involucrarnos en sus vidas, sin esperar nada a cambio sino sólo por amarlos, y entonces se van a interesar en nuestro mensaje.

ECD. Hacen falta líderes cristianos en el mundo que abarquen áreas de gobierno, del arte, de la ciencia, de los medios de comunicación. Pareciera que tenemos cierto temor de involucrarnos en todas las áreas de la sociedad. ¿Qué sucede?

Si no estamos en un nivel de pensamiento más alto, no vamos a poder influir en un nivel mayor

DAB. En México, como en muchas naciones del mundo, la iglesia cristiana se parece mucho a la iglesia católica, asistimos a una misa pero le llamamos reunión o culto, lo que hace que el culto se convierta en un “oculto” pues se esconde dentro de un templo como si fuera una misa para esconder su luz en vez de estar en la calle dejándola brillar.

Te garantizo que el mensaje de Jesús va a cambiar cualquier nivel de gente, pero Dios no permite que nosotros andemos en ese nivel de influencia sobre las personas si no nos involucramos en sus vidas.

Un día un empresario buen amigo mío me pregunto: Doctor Andrés, ¿Sabes cuándo vas a tener un millón de dólares? Tendrás un millón de dólares cuando tú pienses como ellos que tienen un millón de dólares. Así que si no estamos en un nivel de pensamiento más alto, no vamos a poder influir en alguien de un nivel mayor.

ECD. Dentro de la iglesia los líderes cristianos se desenvuelven con mucha libertad y seguridad, pero en la sociedad pareciera que se pierde esa seguridad. ¿En dónde está el problema?

Necesitamos involucrarnos más en el problema que queremos resolver

DAB. Ahí no hay un problema de liderazgo sino de perspectiva. En el estado de Puebla hay un volcán, el Pococatépetl, el cual puede ser visto desde Puebla, desde Morelos, desde Veracruz, desde la Ciudad de México. En cada Estado podemos poner a una persona que cree que su perspectiva es la única.

Pero la verdad es qué hay muchas perspectivas, y una de las perspectivas que hay en el Evangelio es que nosotros somos llamados por Dios a ser sal y luz para la tierra, eso significa que tenemos autoridad para cambiar el sazón del planeta, el sazón de la familia, y que tenemos el mensaje que lleva luz a la obscuridad. Eso significa que tú y yo somos la solución, pero necesitamos involucrarnos más en el problema que queremos resolver.

ECD. ¿Como cristianos tenemos la obligación de asumir responsabilidades sociales?

DAB. Sin duda. ¿Cómo se llamaba la iglesia en donde se congregaba Jesús? No había una, Jesús se movía libremente entre cada nivel de autoridad, con gobernantes, con empresarios, con hombres ricos, gente pobre, gente sana, gente enferma, gente con empresa, gente sin empleo. Jesús anduvo con la gente. De alguna manera todos le preguntaban ¿cómo puedo cambiar mi vida? ¿Sabes por qué preguntaban eso? Porque Jesús estaba involucrado en sus vidas.

ECD. ¿Tiene alguna exhortación para los lectores de Eco Cristiano Digital?

DAB. Sí. Recuerden que cada uno es un miembro de un cuerpo grande, como algunos son ojos y ven desde su perspectiva de ojos, otro es nariz y huele desde su perspectiva de nariz, otros son boca y tienen la habilidad de comunicar, otros son oídos y tienen la habilidad de escuchar, otros son manos y pueden tocar, tenemos que entender que cada uno tiene su parte para que lleguemos a formar parte del Cuerpo de Cristo.

Porque ser parte de un cuerpo no significa que somos diferentes, significa que somos personas con perspectivas distintas, y cuando empezamos a agradecerle a Dios por las diferencias que hay entre nosotros, entonces no habrá diferencias entre nosotros.