Algo en lo que se insiste hoy con mucha frecuencia, sobre todo en el ámbito de la vida laboral y profesional, es en la formación permanente.
Los procesos y sistemas de trabajo se vuelven obsoletos o simplemente necesitan renovarse, mientras que la ciencia y la tecnología aportan nuevos elementos que cambian los criterios y el enfoque profesional.
De ahí van naciendo las revistas especializadas que contienen las últimas novedades sobre cada campo, los cursos de especialización y actualización y el deseo de conocer otras lenguas y otros campos para no solo estar al día, sino obtener una mejor posición económica y social.
Esto nos lleva a pensar que lo anterior solo ocurre en las áreas que tienen relación a la vida económica, sin darle importancia a aquellas referidas a la vida espiritual, y en particular, a la vida de Fe.
Desafortunadamente son muy pocos los cristianos que profundizan en el estudio de la Palabra de Dios, leyendo las nuevas interpretaciones y estudios de teólogos y biblistas que aportan nuevos estudios de hermenéutica y filología que nos ayudan a descubrir qué le quiso decir Dios al pueblo hebreo y qué le quiso decir Jesús a sus discípulos y al pueblo judío.
Todos esos estudios bíblicos y teológicos nos pueden ayudar a tener una más clara y adecuada visión de nuestra vida espiritual y nuestra vida cristiana y así ir más allá de los elementos básicos sobre nuestra fe.
Necesitamos continuar nuestra formación cristiana y espiritual que, ya no digamos nos actualice en este campo, sino que nos ayude a entender esta área tan importante de nuestra vida.
Necesitamos también investigar y descubrir cómo evangelizar, cómo acercarnos al prójimo que sí ha leído la Bíblia, que sí ha leído los evangelios, pero que aún no conoce lo que es una relación personal con Jesús y por lo tanto sólo ha sabido practicar una religión pero no ha sabido vivir la intimidad con Dios y llevar una vida con principios y valores cristianos.
Es pues necesario que tomemos conciencia que esta área de nuestra vida requiere también atención… casi se podría decir que requiere más atención que muchas de la otras, ya que, de acuerdo a la Sagrada Escritura, la vida espiritual es la que nos posibilita el ser AUTÉNTICAMENTE FELICES. No la descuidemos en nosotros ni en nuestros hijos.
