Por: Oscar Moha, febrero 7, 2018.

Ciudad de México.- Al tratar de edificar un templo evangélico en el paraje de Zaclamanton, Municipio de San Juan Chamula (Estado de Chiapas), Mateo Portillo fue encarcelado por las autoridades locales, quienes impiden la libertad de culto en la zona.

El cacique de la región, Juan Pérez, ordenó que el evangélico fuera amarrado para trasladarlo a la cárcel en la cabecera municipal, como sucede con los ladrones, violadores y traficantes.

El hermano Mateo Portillo, víctima de persecución por causa de su fe.

El indígena de la etnia tzotzil, quien aparece encarcelado en la fotografía, fue detenido el pasado 4 de febrero y hasta el 5 (Día en que se celebra la promulgación de la Constitución Mexicana) permancía detenido bajo el cargo de ser evangélico, en una zona donde se violan los derechos humanos desde hace décadas sin que las autoridades federales o estatales intervengan para frenar la intolerancia religiosa que caracteriza al Estado de Chiapas.

Al menos 150 cristianos de una congregación pentecostés se reúnen para llevar a cabo sus cultos, pero al tratar de construir un lugar adecuado para sus celebraciones, fueron intimidados por los caciques de la localidad encabezados por Juan Pérez, quien finalmente ordenó el encarcelamiento de los líderes evangélicos.

En los últimos meses, en Chiapas los evangélicos han sido objeto de vejaciones, despojos, expulsiones, amenazas y encarcelamiento por el hecho no pertenecer a la religión católica, como en los muncipios de Oxchuc, Chilón y Las Margaritas, donde los casos de intolerancia van desde el despojo hasta las amenazas de muerte, sin que las autoridades cumplan con su deber para detener la intolerancia religiosa, como sucede en los Estados de Oaxaca, Guerrero, Estado de México, Hidalgo, Jalisco y Puebla, entre otros.