Guillermo Gómez Urióstegui, líder juvenil en el occidente del país y anfitrión del Congreso Sembradores en la ciudad de Puerto Vallarta, inició el evento con una conferencia en la que afirmó que la autoridad humana tiene su fundamento en la obediencia.

En entrevista con Eco Cristiano Guillermo Gómez afirmó que, a partir de su experiencia personal, cualquiera que ejerza autoridad en un área de influencia necesariamente tuvo que pasar por una etapa de obediencia. Afirmó también que ser obediente no es fácil pero debemos estar conscientes de que la obediencia desemboca en bendiciones.

El líder juvenil se dirigió también a la juventud que atraviesa por una crisis de obediencia, conflictuados por la presión social, el mal testimonio de su autoridad o simplemente por rebeldía. También expresó cuál es el caso en que la juventud no debe obedecer a su autoridad. En seguida la entrevista completa en donde ECD es Eco Cristiano Digital y GGU es el líder juvenil Guillermo Gómez Urióstegui.

ECD: Has vinculado el tema de la autoridad con la obediencia pero no como la interacción entre dos personas, sino como una condicionante en el mismo sujeto. ¿Por qué?

GGU: Cuando Dios nos dio el tema de la autoridad para el Congreso Sembradores, le pedí que nos permitiera hablar de lo que ha estado trabajando conmigo. Yo estuve mucho tiempo sirviendo en la iglesia Justicia y Amor en Puerto Vallarta y siempre me tocó ser autoridad pues estuve a cargo del grupo de jóvenes y a cargo de la alabanza, pero luego me fui a estudiar a Guadalajara en donde está nuestra cobertura y me llegó el momento de ser obediente pues dependería totalmente de mis padres, sin embargo por mis ideas y por cosas que creía me comencé a alejar de la iglesia. En ese momento Dios comenzó a tratar conmigo y me dijo “regresa a tu casa”, y así comprendí que la obediencia es el sello para la autoridad, es decir, no hay autoridad que no haya sido obediente.

Cualquier autoridad, ya sea un gran deportista o cualquiera que esté en un área de influencia, ha sido una persona obediente. A los conflictivos nadie los acepta porque no respetan reglas, no obedecen al entrenador y los sacan de los equipos. Yo estuve en el deporte mucho tiempo, representé a México dos veces en Supercross y estuve a punto de entrar en la selección Jalisco en natación a los doce años, y Dios me enseñó a través de todo eso lo que es ser obediente.

«Cuando no ves el mejor ejemplo en tus autoridades te nace la rebeldía, pero aquí no se trata de lo que son, sino de lo que representan, y hay que honrarlos»: Guillermo Gómez

ECD: ¿Es difícil ser obediente?

GGU: Por supuesto que es difícil, más cuando tienes más edad y comienzas a tener ingresos, y te sientes mas independiente.

ECD: ¿En qué etapa de la vida es más aguda la crisis de la obediencia?

GGU: Cuando quieres dar lo mejor y no ves el mejor ejemplo de tus autoridades, te nace la rebeldía como a cualquier ser humano, pero aquí no se trata de lo que ellos son, sino de lo que ellos representan. Yo no honro a mi papá por lo que él hace, que sí es un padre ejemplar, pero no es por eso que le honro, sino porque es mi autoridad.

En esta generación a nadie le gusta la obediencia, todos quieren hacer lo que les da la gana, porque lamentablemente es lo que más se escucha, que seas tu propio jefe, que nadie te diga nada, pero esa es una triste mentira, no existe el que nuca estés bajo nadie.

ECD: ¿Es chido ser desobediente?

GGU: Definitivamente no es chido, ahora que soy papá te puedo decir que si yo hubiera sido desobediente, sin trabajo o sin un empleo fijo, quizá sí la hubiera armado, pero me hubiera costado muchísimo sacar adelante mis responsabilidades, pero el apoyo de mis padres fue total.

Guillermo Gómez en el Congreso Sembradores de la iglesia Justicia y Amor de Puerto Vallarta

ECD: Creo que todos hemos tenido una etapa de desobediencia, ¿cuándo se da el paso de la desobediencia a la obediencia?

GGU: Cuando topas con pared, lo cual es difícil y duele, pero cuando topas con pared es cuando Dios entra y te dice “ok, es el momento de tratar contigo sobre lo que es la obediencia”, y entonces cuesta trabajo pararse enfrente de una autoridad y decirle “¿sabes qué? Yo me equivoqué, no fueron ustedes, fui yo el que me equivoqué”. Yo lo viví y tuve que armarme de valor y reconocer con mis autoridades que me equivoqué, y así es como Dios volvió a impactar mi vida.

ECD: ¿Qué le podemos decir a los jóvenes que viven en una crisis de obediencia, que quieren obedecer pero no se sienten convencidos por la autoridad?

GGU: Primero que nada no se trata de lo que tú quieres o crees, ni de tus valores o tus convicciones. Si nosotros nos sujetamos a nuestra autoridad en la tierra, nuestra autoridad en los cielos nos va a exaltar, nos va a proteger, nos va a cubrir.

No digo que si te incitan a hacer algo malo lo debas hacer, en ese caso debes decir “te honro y te respeto, pero aquí pinto mi raya”, pero si no te incitan a pecar sino que lo que te exigen va en la línea de Dios, lo tienes que hacer, aunque se trate de barrer, o de despertar temprano, lo tienes que hacer porque esas actividades forman un carácter bueno y fuerte en nosotros para portar los dones que Dios nos da.

ECD: Hay chavos cristianos que tienden a desobedecer a sus pastores.

GGU: Sí, a veces nuestros pastores no nos convencen, pero si Dios los ha puesto ahí, es por algo. Honra y obediencia nos traen bendición. Tal vez nuestros pastores no son el ejemplo más perfecto que quisiéramos, pero nosotros con nuestra honra y obediencia podemos poner la diferencia.

Si un chavo está muy conflictuado con su pastor, le deseo que Dios sane su corazón. Es normal que un chavo se hiera porque las cosas no suceden como quisieran, pero deben perdonar, porque el perdón es para sanarse uno mismo, deben perdonar a sus pastores por no cumplir con sus expectativas.