Diversas organizaciones evangélicas de República Dominicana han expresado su gran preocupación por los casos de tráfico y trata de personas que afectan, en especial, a mujeres y niños que trabajan en las calles y a extranjeros indocumentados o de ascendencia haitiana.
En los últimos años, República Dominicanase ha convertido “en un país de origen, tránsito y destino para hombres, mujeres, niños y adolescentes sometidos a tráfico sexual y trabajo forzoso”, han manifestado recientemente el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), la Iglesia Fundamento Bíblico, la Fundación Equidad y Justicia Social y la organización One More Child.
El gobierno anunció en mayo la puesta en marcha de un Plan Nacional de Acción contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes, hasta 2020. La trata “es el tercer negocio criminal más lucrativo después del narcotráfico y del tráfico de armas”, declaró entonces el canciller dominicano, Miguel Vargas.
UNA LUCHA COMPLEJA
Para las entidades evangélicas del país, el combate contra el tráfico de personas “es bastante complejo y exige el desarrollo de políticas públicas transversales y multidimensionales que puedan crear medidas efectivas para su eliminación”.
A pesar de que la República Dominicana “empezó hace unos años con esa lucha y sigue mejorando sus mecanismos internos, aún hay mucho por hacer para erradicar este mal”, puede leerse en un comunicado conjunto hecho público por las organizaciones.
“El tráfico sexual de niñas de 15 a 17 años ocurre en calles, parques y playas, sumado al aumento de mujeres extranjeras traídas al país para ser sometidas a prostitución forzada”, han remarcado. En 2013, la Oficina Internacional de Migraciones situaba a República Dominicana como tercer país del mundo con mayor número de personas traficadas, juntamente con Brasil.
Fuente: ProtestanteDigital