Recientemente el Pr. Melquisedec Cisneros de Amistad de Tehuacán Puebla, México, entrevistó al Pr. Elías Betanzos, uno de los más influyentes pastores de México, Pastor titular del Centro de Alabanza y Proclamación (CAP) y autor del libro Cita con Dios.
En la entrevista el Pr. Elías Betanzos abordó varios temas a pregunta expresa del Pr. Melquisedec. Aquí resumimos el tema de la familia en tiempos de contingencia:
Antes de la pandemia vivíamos en un mundo cayendo en un precipicio, la familia y sus valores estaban siendo atacados al grado que la agenda en el mundo era el deterioro de la familia; ahora todo indica que Dios puso un “hasta aquí” y nos trajo a nuestra casa.
Es cierto que la proximidad nos provoca también roces y hasta violencia intrafamiliar, pero creo que saldremos más edificados si aprovechamos la oportunidad que Dios nos está dando para consolidar los valores espirituales que ya no teníamos en la casa.
Ahora tenemos la oportunidad de estar en familia compartiendo los alimentos y hacer sobremesa, eso no lo teníamos antes, estábamos tan apurados que comíamos en cinco o diez minutos, y ahora tenemos tiempo para convivir.
Ahora que estamos en casa recomiendo tener una agenda diaria que comience con un devocional para dar a Dios los primeros minutos de nuestro día, que al levantarse se dé gracias a Dios, leer la Biblia unos minutos, cantar alabanzas unos minutos, hacer oración, pedir a Dios lo que tengamos como necesidad en nuestro corazón.
Esta agenda debe contemplar levantarse a hora temprana, desayunar en familia, los que trabajan en casa dedicarle un tiempo estricto al trabajo, dormir sólo las horas que debemos dormir. Esta agenda nos va permitir que cuando regresemos a la normalidad no tengamos que comenzar a adaptarnos a la nueva realidad laboral sino que ya tengamos una disciplina que nos facilite la adaptación.
De la misma manera recomiendo que las personas sigan dando a Dios el tiempo que se le da en tiempos normales, que en el horario del culto normal convoquen a la familia para alabar a Dios, escuchar la Palabra, todo como se acostumbraba hacer antes del confinamiento.