Para Raúl Garza, las iglesias en Mexico no han considerado que su mismo país es un campo misionero con mulsulmanes, pues estos no alcanzan ni el 1% de la población y por ello han sido desestimados misionalmente. Lo mismo pasa con otras confesiones como la “santa muerte”, espiritualistas y otros grupos.
Raúl Garza es miembro de Pueblos Musulmanes Internacional (PMI), agencia misionera que trabaja con iglesias latinoamericanas para alcanzar a islámicos en todas partes del mundo. Entrevistado en el marco de la cúmbre misionera de COMIMEX, Raúl nos compartió su perspectiva acerca del quehacer misionero con musulmanes.
Es un trabajo difícil porque requiere de mucha seguridad para no ofender la cultura y para que no se cierren.
Sobre las dificultades que implica el trabajo de evangelización en la cultura de los musulmanes, Raúl afirma que “Es un trabajo difícil porque requiere de mucha seguridad para no ofender la cultura y para que no se cierren aquellos que pueden conocer de Jesús a pesar de estar en una religión que no se los permite”.
El misionero en culturas musulmanas ubica perfectamente el escenario en que hacen su trabajo: “Los musulmanes no son simplemente una religión sino todo un sistema que encierra lo político, lo religioso, lo legal, el gobierno y lo social, y todo ese sistema hace que las personas queden atrapadas. Todo lo social depende de la ley islámica, del Sharia, del Corán, entonces es un sistema que le entrega una identidad completa a las personas”.
Sobre las dificultades de evangelizar en la cultura mulsulmana, nos explica: “Cuando uno se acerca a hablar con ellos, como ya saben que uno es cristiano, usan una serie de argumentos ya preparados en contra del cristianismo. Los musulmanes tienen unos escritos en que se menciona que los libros de la Biblia han sido adulterados, que los judíos corrompieron el Antiguo Testamento y que los cristianos corrompieron el Nuevo Testamento”.
En la mayoría de los países está prohibido que cambien de religión. En unos está penado y en otros son perseguidos.
Raúl Garza explica las supuestas adulteraciones: “Se refieren a que en el Antiguo Testamento el hijo que iba a sacrificar Abraham era Ismaél y no Isaác y los judíos lo corrompieron cambiando el nombre, y en el Nuevo Testamento, cuando Jesús anuncia que vendrá el Consolador, ellos dicen que esa palabra en griego fue adulterada porque originalmente es “el mensajero” que es el título que se le da a Mahoma. Los musulmanes afirman que Jesús hablaba de que Mahoma vendría como profeta”.
Al hablar acerca de la cerrazón del sistema musulmán que impide que la población sea evangelizada, Garza explica: “En la mayoría de los países está prohibido que cambien de religión. En unos está penado y en otros son perseguidos. Hay países que son muy cerrados, hay otros que son medianamente cerrados y hay países que son un poco abiertos como el caso de Turquía o Egipto que son países que viven mucho del turismo, entonces son países un poco más abiertos, pero sigue habiendo una relativa cerrazón”.
En México llegan al Islam buscando una experiencia que satisfaga la sed que tienen en sus corazones.
En el caso de México nos comenta que “la mayoría de los musulmanes que se encuentran en México son convertidos que salieron del catolicismo o de otra religión, y llegan al islam buscando una experiencia que satisfaga la sed que tienen en sus corazones”.
Nos explicó también la razón por la que el Islam ha germinado principalmente en grupos étnicos: “Los musulmanes han utilizado un sistema que utilizamos los cristianos, me refiero a la ayuda humanitaria. Ellos llegan a las étnias y plantan una escuela para hacer muebles, por ejemplo en Tuxtla Gutiérrez, hacen los muebles, los venden y obtienen una utilidad. En esa fábrica de muebles sólo se contratan musulmanes. Se parece a lo que hacemos los cristianos cuando en otros países damos ayuda humanitaria para tener un contacto, pero nosotros no compramos las conciencias, mientras que ellos quedan obligados a seguir trabajando porque de eso viven y si abandonan el Islam quedan fuera”.
Los musulmanes no son ni el 1% de la población nacional, y por eso la iglesia no les ha puesto mucha atención.
A pregunta expresa, Raúl Garza comenta que no está trabajando el suficiente número de cristianos en este proyecto en México, pues “los musulmanes no son ni el 1% de la población nacional, y por eso la iglesia no les ha puesto mucha atención, y se concentran más en otras etnias o en ir a otros países”.
Sobre proyectos a futuro, Garza nos comenta que junto con algunos hermanos que han regresado del campo en países islámicos, están preparando un curso de capacitación para compartir la fe cristiana con musulmanes. Este curso se hará abierto a todas las iglesias cristianas de diferentes denominaciones.
Sobre el concepto que la sociedad tiene de los musulmanes al asociarlos con actos de violencia, Raúl Garza explica que es un concepto equivocado, pues sólo se trata del radicalismo de algunas facciones del islam.
Debemos preparar a la gente para que sepa compartir el evangelio con musulmanes.
Una de las inquietudes de Garza, desde la perspectiva misional, es que “las iglesias de México no han considerado que su mismo país es un campo misionero, entonces no hay recursos ni programas para que la iglesia sostenga o apoye a un misionero que esté trabajando en el mismo país, en la misma zona o en la misma área”.
“Necesitamos gente de tiempo completo que pueda integrarse a proyectos como este y muchos otros para alcanzar a las étnias que no han sido alcanzadas en México, para fortalecer a las iglesias que están entre los grupos étnicos, sin dejar de compartir en los barrios o en las ciudades y sobre todo para alcanzar a los que están cambiando de religión como los musulmanes, los de la “santa muerte”, los espiritualistas, entre otros. Debemos preparar a la gente para que sepa compartir el evangelio”.
