La jornada electoral del domingo 1 de abril en Costa Rica dio como resultado el triunfo del oficialista politólogo Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana (PAC) quien contó con el 60.6% de los votos y la derrota del predicador cristiano Fabricio Alvarado Muñoz del opositor Partido Restauración Nacional (PRN) quien reunió el 39.4% de los sufragios.
La derrota del predicador sucedió en forma inesperada, pues en la primera ronda de los comicios obtuvo más de tres puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercano competidor, lo que lo etiquetaba como favorito para gobernar Costa Rica y de esa manera convertir en políticas públicas la defensa de la familia y los valores cristianos.
Sin embargo, al no alcanzar el 40% de la votación sino sólo el 25%, Fabricio Alvarado no logró el triunfo definitivo en la primera jornada electoral, lo que hizo necesaria una segunda votación entre él y su más cercano competidor y ahora triunfador, Carlos Alvarado.
La candidatura de Fabricio Alvarado significó, no solo para los cristianos de Costa Rica sino para la sociedad en general, una esperanza de que los valores de la fe gobernaran Costa Rica, particularmente en materia del matrimonio y la familia, sin embargo, la mayoría ciudadana optó por elegir a Carlos Alvarado quien tiene una visión distinta en materia de derechos igualitarios, particularmente en lo que se refiere a la comunidad LGTBI y el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Fiel a los principios bíblicos de respetar a las autoridades, el predicador cristiano tan pronto tuvo las evidencias de su derrota, llamó por teléfono a su competidor para hacerle saber que respetaría su triunfo, e hizo un llamado a sus simpatizantes para que respeten los resultados y hagan a un lado las rencillas.
El politólogo Carlos Alvarado asumirá la responsabilidad del gobierno el próximo 8 de mayo para una gestión de cuatro años.