El predicador cristiano Armando Alducin expresó a través de sus redes sociales una interesante reflexión sobre cómo y por qué tener esperanza en los difíciles tiempos del coronavirus.
“Las noticias diarias desalientan, pero nuestra esperanza no está en las noticias sino en Dios”, afirma Armando Alducin, y continúa diciendo: ¿Cuándo necesitamos más la esperanza? En tiempos de sufrimiento, pues es en tiempos de sufrimiento cuando nos vemos más tentados a desanimarnos.
Basándose en el libro de Romanos 5, el pastor Alducin resalta que hay una ruta bíblica que conduce del sufrimiento a la esperanza: “la tribulación produce paciencia, la paciencia prueba y la prueba esperanza”.
Si usted está sufriendo hoy, permita que su dolor lleve a la esperanza en Dios, concluye diciendo el pastor.
En seguida el texto completo de su reflexión:
Cómo esperar
Y la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Si usted ve los noticieros nocturnos, lee el periódico, o revisa en la Internet las últimas noticias, sin duda se desalentará. El conflicto, el odio, los virus, las guerras y la división parecen estar cada vez con mayor frecuencia en los acontecimientos que son tema de los reportajes. Pero, alabado sea Dios, nuestra esperanza no se halla en los noticieros; está en Dios.
¿Cuándo necesitamos más la esperanza? En tiempos de sufrimiento. Es en esas ocasiones cuando nos vemos más tentados a desanimarnos. El apóstol Pablo sabía esto y escribió de la esperanza en el contexto del sufrimiento.
Explica cómo el sufrimiento puede conducir a la esperanza: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza” (Romanos 5:3-4).
Del sufrimiento a la esperanza, vía perseverancia y carácter. ¡Y la esperanza no avergüenza! La esperanza cristiana está arraigada sólidamente en el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo para todos los que estamos en Cristo.
A nadie le gusta sufrir; toda persona necesita esperanza. La esperanza es lo que nos lleva por el sufrimiento al futuro que Dios tiene guardado. Si usted está sufriendo hoy, permita que su dolor lleve a la esperanza en Dios.