En las últimas semanas se ha subido a la palestra del debate nacional un tema vinculado con la educación de los hijos, se trata del llamado “Pin Parental”, concepto originalmente propuesto por el partido político español Vox y que consiste en pretender que los padres de familia tengan el derecho de vetar los contenidos educativos en las escuelas a las que asisten sus hijos.
La palabra “Pin” son las siglas en ingles de lo que en México conocemos como “Nip” o “número de identificación personal». El “Pin Parental” lo que busca es que los padres puedan autorizar o rechazar los contenidos que se imparten en las instituciones educativas a las que asisten sus hijos, principalmente en temas de educación sexual y reproductiva.
En México este año, legisladores de Aguascalientes, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro y Guanajuato presentaron sendas iniciativas de reforma en materia de educación para incluir en las constituciones de sus estados un “derecho preferencial de los padres” a decidir sobre la educación de sus hijos.
El que pudiera ser un valioso debate en el que se expusieran los principios fundamentales de cada posición (los que defienden el derecho de los padres de educar a sus hijos y los que sostienen que el estado tiene la obligación de educar conforme a los derechos humanos de los niños), se ha contaminado de preferencias políticas o partidistas en donde han resaltado las falsas acusaciones en ambos bandos.
Entre las falsas acusaciones destaca que los que están a favor del “pin parental” sostienen que el estado pretende educar mediante “juegos eróticos” para luego solicitar que el estudiante decida de qué género prefiere ser. Los que rechazan el “pin parental” acusan a los que defienden el derecho de los padres a educar a sus hijos de ser ultraconservadores y de violar los derechos humanos fundamentales de los hijos.
En el tema del Pin Parental existen diversos tipos de debates: el debate ideológico en términos de izquierdas y derechas, político a nivel partidista, legal en materia constitucional, educativo sobre qué se debe enseñar en las aulas y el ético-moral sobre temas de sexualidad.
En este momento no están en debate los contenidos específicos, pues lo que se debate tanto en España como en México, el derecho de los padres de vetar los contenidos que consideren “ética y moralmente controvertidos”.
Pero si despojamos el debate de toda carga política o ideológica y leemos la cuestión sin interés partidista, nos centramos con algunas interrogantes que en el marco de la sociedad se deberán ir desenredando y que los cristianos podamos aportar al mundo:
- ¿Deben los padres decir si los hijos pueden o no recibir educación sexual y reproductiva?
- ¿Debe el estado impartir educación sexual y reproductiva sin el consentimiento de los padres de familia?
- ¿Hasta dónde llegan nuestros derechos como padres y cuándo comienzan los derechos de los hijos a recibir información con la que podemos no estar de acuerdo?