Las visitas pastorales surgen de la necesidad de una íntima y constante relación entre el pastor y los miembros de la iglesia, la cual a su vez surge de la práctica de los apóstoles de Jesús que enseñaron la sana doctrina del evangelio de casa en casa (Hechos 20:20).
El trato personal de los pastores en las primeras congregaciones era natural, pues no existían miembros desconocidos en la iglesia, los líderes de cada congregación tenían intencionalmente cercanía con los fieles.
Con el tiempo las iglesias fueron creciendo, alcanzando altos números de congregantes, y entonces los pastores principales tuvieron necesidad de nombrar líderes y co-pastores para continuar con la relación personal entre el pastor y los fieles de la iglesia.
Por eso, sí uno de tus pastores se ha tomado el tiempo de visitarte, debes comprender que es porque te ama con el amor de Cristo y desea obedecer a Dios en su llamado de cuidarte espiritualmente.
Un miembro de la iglesia puede desperdiciar una visita pastoral, por ejemplo, al ponerse una mascara para esconder todos sus problemas y preocupaciones en la visita. Lo mejor es aprovechar la visita para conocer más de cerca a su pastor, darse a conocer de manera más cercana y recibir la guía espiritual que necesita.
Por esa razón, toma en cuenta los siguientes consejos para aprovechar la visita de tu pastor:
- No te obsesiones con la apariencia física de tu hogar o alimentos que quieras ofrecer.
- Piensa en preguntas significativas para crecer en tu vida espiritual que deseas hacerle al pastor y examina tu caminar con Cristo.
- Prepárate para ser sincero ante Dios y tus pastores. ¿Hay algún área en la que estas luchando? ¿Hay algo de la iglesia que te ha estado incomodando? Este es el mejor momento para tener dicha conversación.
- No tengas reservas sobre pedir consejos o ayuda.
- Piensa en algún área en la que desees servir a tu pastor o a tu iglesia y menciónalo a tu pastor.