Luego de unas reñidas elecciones para la presidencia de Estados Unidos, no sólo la sociedad sino incluso las iglesias cristianas requieren de un proceso de sanación de heridas luego de la lucha política.
El mismo presidente Donald Trump, en un mensaje de video en Twitter el jueves, dijo “Este momento exige sanación y reconciliación… 2020 ha sido un momento desafiante para nuestra gente… Requerirá un énfasis renovado en los valores cívicos del patriotismo, la fe, la caridad, la comunidad y la familia. Debemos revitalizar los lazos sagrados de amor y lealtad que nos unen como una familia nacional».
Después de este mensaje, el evangelista Franklin Graham, quien dirige Samaritan’s Purse y la Asociación Evangelística Billy Graham, instó al presidente Trump a invitar al presidente electo Joe Biden, a la vicepresidente electa Kamala Harris y a sus cónyuges a la Casa Blanca «para comenzar la sanación y la preparación para una transición sin problemas».
Sin embargo, la división no sólo invadió a la sociedad sino también a los cristianos, pues en estas elecciones hubo partidarios tanto de un lado como del otro, y dado que las post elecciones estuvieron teñidas de acusaciones e incluso violencia, es indispensable un proceso de sanación.
La Asociación Nacional de Evangélicos, NAE por sus siglas en inglés, realizó un sondeo de opinión entre más de 140 líderes cristianos quienes en sus respuestas a la pregunta «¿Cuáles son las necesidades de la iglesia estadounidense en una temporada posterior a las elecciones?”, coinciden en que la principal necesidad de las iglesias evangélicas es la unidad.
El presidente de la NAE, Walter Kim, en entrevista con el medio cristiano estadounidense Christian Post, expuso que “la unidad se ha vuelto más importante a medida que Estados Unidos se ha vuelto más dividido”, y agregó: “Claramente, nos hemos encontrado y todavía nos encontramos con una enorme cantidad de polarización… No es simplemente una cuestión de la vida que compartimos juntos, sino que es fundamental para el corazón del Evangelio. Jesús oró por la unidad de los creyentes «.
Finalmente, Kim expuso que “La unidad no significa evitar conflictos dentro de los grupos ni expulsar a las personas que no comparten los puntos de vista del grupo. Esos enfoques crean una falsa unidad. En cambio, la unidad debería significar trabajar para comprendernos y discutir las diferencias.